El Pasaje San Rafael de la ciudad de Cochabamba, es conocido también como Pasaje o calle del Diablo, “Supay Calle” en tiempos remotos.
Este histórico lugar fue declarado espacio patrimonial y cultural de Cochabamba por el Concejo Municipal el año 2014.
Origen del nombre:
el nombre original del pasaje “Supay Calle” proviene del quechua “Supay”, que significa diablo. La leyenda cuenta que el diablo rondaba este lugar por las noches, lo que le daba un aura de misterio y temor.
A mediados de la década de 1970, los vecinos del pasaje y las religiosas del Convento de las Capuchinas decidieron cambiar el nombre por “San Rafael”, en honor al arcángel protector.
Arquitectura y características:
este pasaje se caracteriza por su arquitectura colonial, con casas de adobe y techos de teja. Sus estrechas calles empedradas y sus coloridas fachadas crean un ambiente mágico y acogedor. En este pasaje se pueden encontrar pequeños comercios, cafés y restaurantes que ofrecen una variedad de productos y servicios.
Leyendas y tradiciones
el Pasaje San Rafael está envuelto en un halo de leyendas y tradiciones. Se dice que en sus rincones habitaban almas en pena y que era un lugar de encuentro para brujas y hechiceros. Estas historias, aunque fantasiosas, han contribuido a la fascinación que despierta el lugar.
En la actualidad, sus paredes están adornadas con murales de las mujeres más influyentes de la cultura latinoamericana. Son 35 personalidades, entre ellas Frida Kahlo, Yolanda Bedregal, Adela Zamudio, Mercedes Sosa, Enriqueta Ulloa y Gladys Moreno. El trabajo fue realizado por el grupo Kuska con pedazos de cerámica reciclada.
Asimismo, sobresalen los maceteros colgantes en las fachadas de las antiguas casas que le dan ese aspecto de antaño al lugar.
En Cerámica Coboce se emplea la tecnología y la digitalización para dar vida a las fotografías y de igual manera, convertirlas en murales.
Asimismo, en la empresa se recicla la cerámica que sale con alguna falla, las emplean para embellecer los jardines o las entradas de las viviendas.
